03/05/2024

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FORMOSA EN ACUARELAS

01/09/2014
Hung Tung-piao ha dedicado más de tres décadas a crear y promover las pinturas en acuarela.

El estilo de Hung Tung-piao ha cambiado, pero su pasión por pintar los paisajes de Taiwan se mantiene intacta.

El primero de abril de 2012 fue un día muy especial para el acuarelista Hung Tung-piao, cuando se encontró a punto de hacer realidad su sueño de pintar el paisaje costeño mientras daba una vuelta por la isla en motocicleta. Después de un año de planificación y preparativos, a las 9 en punto de una soleada mañana de primavera, el artista de 56 años se subió en su motocicleta, que ya estaba cargada con sus artículos para pintar. El pintor partió del Colegio Municipal de Bachillerato Hsinchuang de Nuevo Taipei, en la zona de Hsinchuang –la escuela de la que se había jubilado como profesor en 2007.

Durante los 56 días consiguientes del viaje, Hung viajó 3.000 kilómetros y pintó más de 100 lugares. Cinco meses después de su regreso a casa, 118 de sus acuarelas de la costa de Taiwan –cada una marcada con la latitud y longitud del paisaje en particular– fueron exhibidas en el Monumento Conmemorativo a Chiang Kai-shek en Taipei, mostradas junto con las pinturas de los libros de Hung, Wow, Formosa!, un tomo en formato grande con fotos de las obras exhibidas; y 56 días cuando tenía 56, que documenta todo el proceso del viaje en textos, fotografías y pinturas. El acuarelista Zheng Wan-fu señala en el prefacio del último libro que mientras que el paisaje costeño es un tema común entre los artistas taiwaneses, Hung es el primero en completar una serie de toda la isla. “Además de la planificación detallada y la perseverancia necesaria para realizar el viaje, es indispensable una gran pasión y excelentes técnicas en acuarela para ejecutar un proyecto de este tipo”, escribió Zheng. “Las obras resultantes del viaje son fenomenales tanto en calidad como en cantidad”.

Hung, quien nació en 1955 en el distrito de Yilan, en la parte norteña de Taiwan, mostró gran interés por el dibujo y la pintura desde su infancia. Un lápiz y un pedazo de papel, recuerda el pintor, podían mantenerlo tranquilo y ocupado por un par de horas mientras su madre estaba ocupada haciendo los quehaceres del hogar. Este talento no pasó desapercibido por mucho tiempo, y Hung ganó muchas competencias de arte en su época de estudiante de secundaria.

 

Noche de luna en Jinsha, 2013
76 x 110 cm

Cuando cursaba bachillerato, Hung decidió que quería estudiar en el departamento de arte de alguna universidad. “La mayoría de los padres no veían el arte como una profesión en aquel momento, pero tuve el apoyo de los míos”, dice. “Su único requisito fue que tenía que ser una escuela normal, que ellos pudieran costear”. (Las universidades normales del país se centran en el entrenamiento de profesores para colegios de secundaria). Hung pasó todo su tiempo libre preparándose para el examen de ingreso a la universidad en arte, y después de tres intentos fue admitido en 1975 en el Departamento de Bellas Artes de la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés) en Taipei.

Los estudiantes en el departamento de la NTNU tienen que estudiar una variedad de medios, incluyendo pintura al óleo, acuarela y escultura. Hung se desempeñó bien en cada una, pero descubrió que le gustaba más la acuarela. El señala que la pintura en acuarela fue introducida en Taiwan por el artista japonés Ishikawa Kinichiro (1871-1945) en 1907, una época cuando Taiwan estaba bajo el régimen colonial japonés (1845-1945), y tuvo su época dorada entre 1975 y 1990.  “En ese tiempo, la economía estaba empezando a prosperar y la cantidad de coleccionistas de arte comenzaba a aumentar”, cuenta el artista. “Para ellos, las acuarelas eran un buen comienzo para una colección, ya que las pinturas en acuarela eran –y aún lo son– más baratas que las pinturas al óleo.

Entonces, al igual que ahora, las consideraciones del mercado ejercían poca influencia en la preferencia por la acuarela de Hung. “Creo que tenía más que ver con las características de las diferentes formas artísticas y las personalidades de los artistas individuales”, comenta Hung. “La sensación de ligereza y transparencia, el control del agua y el color, y cómo el papel reacciona a los colores son sólo más motivos para mí que la pintura al óleo, en la que capas y capas de pintura se apilan sobre una pieza de lienzo”.

 

Manteniéndose erguido, 2013
55 x 75 cm

Después de graduarse de la NTNU, Hung comenzó a enseñar arte a estudiantes de secundaria y a pasar el resto de su tiempo perfeccionando una técnica de acuarela conocida como segmentación. Los artistas que siguen el método convencional tratan de capturar la luz y la sombra de un objeto en un momento específico. En cambio, la segmentación involucra la integración de la luz y las sombras que influyen en un objeto en diferentes momentos, mientras retiene aún la forma básica del objeto. El acuarelista Hsieh Ming-chang señala que las obras de Hung revelan una moderada tendencia hacia la segmentación. “Con base a su método estético, se puede deducir que Hung respeta la naturaleza y mantiene perfectamente la transparencia de las acuarelas”, dice Hsieh. “Eso es bastante diferente del método de segmentación tradicional, el cual deconstruye y reestructura artificialmente la naturaleza”.

Hsieh explica que las acuarelas dificultan extremadamente la segmentación. “Se puede cubrir fácilmente un error con otra capa de pintura en una pintura al óleo, pero eso no funciona con las acuarelas debido a su transparencia”, dice. “En la pintura con acuarela, se requiere de control preciso de varias técnicas para combinar los bloques segmentados mientras se mantiene la pintura intacta”.

Hung realizó su primera exhibición individual de obras de segmentación en una galería de Taipei en 1980. Logró reconocimiento como un importante artista en varias competencias de arte locales, y ganó el primer premio en la categoría de acuarelas de la Exhibición Provincial de Bellas Artes de Taiwan en 1984, que es una de las competencias nacionales de arte más grandes de Taiwan.

 

Detalle de otoño, 2014
28 x 38 cm

En 2003, Hung se convirtió en artista residente en el Festival de Artes Península, que ha sido organizado por el Gobierno del Distrito de Pingtung en el sur de Taiwan desde 2001. Cada octubre, diez artistas que trabajan con medios diversos son invitados a vivir en la Península de Pingtung durante un mes y crear obras inspiradas en su entorno. “Dibujando y pintando en la naturaleza trajo buenos recuerdos de mis días escolares”, dice. “Una vez más, tuve la oportunidad de sumergirme en mí mismo y en el mundo natural, sentir la brisa y el sol, experimentar con los colores y traducir todo eso directamente en las acuarelas”.

Después de dos décadas dedicadas a la pintura y tras establecer una sólida reputación por su habilidad en la segmentación,  vivir y trabajar en el bello entorno natural de Pingtung llevó a Hung a considerar  hacer un dramático cambio en su estilo. El explica que la segmentación es un proceso muy racional, donde el artista ha pasado mucho tiempo observando un objeto, desarmando sus superficies, analizando los cambios de luz y sombra, y reconstruyéndolo en un estudio. Entre tanto, el naturalismo es impulsado por el sentimiento, como un artista ve la escena, es conmovido por ella y expresa la emoción resultante a través de la pintura. “El arte, después de todo, trata sobre las emociones”, dice. “Las técnicas modernas son sólo herramientas para traducir las emociones en la pintura”, afirma Hung.

Mientras que los pintores naturalistas se esfuerzan en ser fieles a la naturaleza, también modifican una escena para transmitir su impacto emocional. Es difícil representar el sentimiento de una escena nocturna, por ejemplo, cuando uno pinta en la oscuridad. La solución de Hung es dibujar una escena durante el día y luego introducir los patrones nocturnos de la oscuridad y la luz –la Luna, las luces de las calles o la luz de una ventana– para representar el sentimiento deseado. Modificar una escena de esta manera es muy difícil, ya que requiere años de práctica y destrezas sofisticadas para perfeccionar el juego entre la luz y la sombra.

 

Playa misteriosa, 2012
35 x 76 cm

Nuevo estilo

Hung no se convirtió en un pintor naturalista de la noche a la mañana, ya que luchó con la idea de abandonar un estilo que ya dominaba y por el que era reconocido, a favor de un estilo nuevo. Más tarde, llegó a la conclusión de que tenía que seguir hacia adelante. “He estado pintando racionalmente durante 20 años y era la hora de un cambio. Necesitaba enfrentar algunos retos”, dice. Desde que terminó su última obra de segmentación en 2006, Hung se ha enfocado exclusivamente en el naturalismo.

La búsqueda de inspiración del pintor lo ha llevado por todo Taiwan. Al jubilarse temprano del Colegio Municipal de Bachillerato de Hsinchuang en Nuevo Taipei, tuvo más tiempo para trabajar con agencias gubernamentales a fin de crear diversas series sobre lugares específicos. Por ejemplo, Hung recibió una comisión del Instituto de Investigaciones Forestales de Taiwan, para crear una serie de los jardines botánicos de la nación; del Gobierno del Distrito de Chiayi en el sur de Taiwan, a fin de pintar el Parque Forestal del Humedal Aogu; y del Parque Nacional Yushan en el centro de Taiwan con el propósito de capturar los paisajes del parque nacional más grande del país.

La productividad y el talento que Hung ha demostrado en dos estilos diferentes, le han convertido en el acuarelista más influyente de Taiwan. Por ejemplo, sus obras fueron incluidas en una exhibición en 2008 organizada por el Museo Nacional de Historia en la ciudad de Taipei, a fin de celebrar los 100 años del desarrollo de la acuarela en Taiwan. Junto con las pinturas de Hung, la exhibición mostró obras de maestros influyentes tales como Ma Pai-sui (1909-2003), Max Liu (1912-2002) y Shiy Der-chin (1923-1981).

 

Incienso ardiente, 2013
31 x 46 cm

La influencia de Hung deriva no sólo de sus pinturas de acuarelas, sino también de sus enseñanzas y la promoción de esta forma artística. El y otros artistas que trabajan con este medio fundaron conjuntamente la Asociación China de Acuarela de Asia y el Pacífico en 2006. Hung, quien fungió como presidente de dicha asociación desde ese año hasta 2012, señala que ayudó a formar la asociación debido a que el interés en la pintura de acuarela ha venido disminuyendo desde 1990. “Algunos creen que el declive fue consecuencia de la tendencia del mercado, que colocó más énfasis en las ideas que en las destrezas; mientras que otros pensaron que se debió a la creencia errada de los coleccionistas de que las acuarelas eran difíciles de preservar”, dice. “El mercado no era mi preocupación, pero pensé que resultaba una lástima que no hubiesen suficientes oportunidades para que la gente aprendiera algo sobre la pintura en acuarela; y quizás interesarse en ésta”.

La estrategia de Hung a fin de restaurar el interés en esta forma artística fue organizar muchas exhibiciones a gran escala, seminarios y actividades de dibujo, así como también publicar libros relacionados con el tema, “El mostró pasión y eficiencia en la organización de estas actividades”, dice Hsieh, otro cofundador de la asociación. “Lo más importante, logró convencer a otros artistas para que participaran en las actividades y aunaran esfuerzos para promover la pintura en acuarela”. Es difícil cuantificar la extensión de la ayuda ofrecida por Hung para revivir el interés en la acuarela, ya sea en términos de la cantidad de artistas que trabajan en el campo, los precios del mercado o la conciencia del público; pero él, sin duda, ha impregnado de nueva vida esta forma artística, manifestó Hsieh.

Tras dejar el cargo de presidente de la asociación, Hung encontró finalmente tiempo para hacer realidad su sueño de pintar el paisaje local durante un viaje en motocicleta alrededor de la isla. “Esperé 30 años para tener la oportunidad de hacer esta gira”, dice. “Pero cuando se observa desde otra perspectiva, creo que la espera no fue realmente tan larga. La costa tuvo que esperar 500 años por un pintor, desde que los navegantes portugueses denominaron a Taiwan, Ilha Formosa, en el siglo XVI”, declaro Hung.

Finalmente, las costas del país han recibido un poco de atención, pero aún quedan muchos otros lugares pintorescos a la espera del pincel de un pintor, y por eso es que Hung, lleno de pasión por traducir la emoción y el paisaje en acuarelas, nunca deja en casa sus instrumentos de trabajo.

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