02/05/2024

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NUEVOS PUNTOS DE VISTA ACERCA DE LA NUEVA OLA

01/07/2015
El cartel para Flores de Taipei: Nuevo Cine de Taiwan destaca una fotografía tomada durante la década de 1980 de cinco de los más celebrados cineastas del movimiento de Nueva Ola; a saber, (de derecha a izquierda)Wu Nien-jen, Hou Hsiao-hsien, Edward Yang, Chen Kuo-fu y Chan Hung-chih.
Un recientemente publicado documental acerca del Nuevo Cine de Taiwan hace hincapié en el impacto internacional que tuvo este movimiento.

Taiwan es más conocido entre los aficionados al cine por su Cine de Nueva Ola, o Nuevo Cine de Taiwan, un movimiento de la década de 1980, compuesto por una ola de películas de conciencia social caracterizadas por su ritmo lento, uso frecuente de posiciones distantes de la cámara, y representaciones realistas de la vida contemporánea. Varias de las películas producidas durante este período innovador en la cinematografía nacional capturaron la atención de los académicos internacionales de cinematografía e influenciaron a directores de películas no comerciales en ciernes de todo el mundo. A principios de este año, un nuevo documental que examina este movimiento fue lanzado en Taiwan. A través de entrevistas con los críticos y cineastas extranjeros, Flores de Taipei: Nuevo Cine de Taiwan explora el surgimiento de las películas de Nueva Ola y cómo se forjaron las perspectivas de los extranjeros acerca de la cinematografía nacional de Taiwan. “A menudo me he preguntado por qué estas películas tuvieron un impacto tan grande en el extranjero”, revela Wang Ken-yu, productor de la cinta, en una entrevista con la Comisión de Cine de Taipei. “Quería descubrir cómo los extranjeros perciben estas obras”, afirma Wang.

La idea de desarrollar un nuevo documental sobre este período de la historia del cine de Taiwan fue propuesta en 2012 durante un foro celebrado en el Festival del Cine de Taipei para conmemorar el 30 aniversario del movimiento de la Nueva Ola. Las obras del proyecto, que fue financiado por el Departamento de Asuntos Culturales del Gobierno de la Ciudad de Taipei, comenzaron poco después. El resultado, Flores de Taipei, fue lanzado en marzo junto con tres películas digitalmente restauradas de la época; a saber: Tiempo para vivir y tiempo de morir (1985), Polvo en el viento (1986) y Los Terroristas (1986). Las dos primeras películas, que enfocan temas como la dislocación y la naturaleza cambiante de la vida rural en Taiwan, fueron dirigidas por Hou Hsiao-hsien; mientras que la última es una representación sombría de la existencia urbana, dirigida por Edward Yang (1947-2007). Hou y Yang son ampliamente considerados como los cineastas más influyentes que emergieron de este movimiento.

El título en mandarín de Flores de Taipei es idéntico al de En nuestro tiempo, un filme de 1982 considerado por muchos como el iniciador del Cine de Nueva Ola. Siendo una película de antología, En nuestro tiempo consiste de cuatro cuentos, uno de los cuales fue dirigido por Yang, acerca del rápido desarrollo de la sociedad taiwanesa. Con escasa narración y numerosas tomas largas, la película difiere tanto estética y temáticamente de las principales producciones taiwanesas de la época, que eran normalmente épicas de artes marciales o películas románticas sentimentales.

Una escena de la película de Hou de 1986, Polvo en el viento.

Los cinéfilos locales consideraron las representaciones naturalistas de la vida ordinaria en las obras de la Nueva Ola como un refrescante cambio de ritmo, señala Chen Ru-shou, profesor de cine y estudios culturales en la Universidad Nacional Chengchi (NCCU, siglas en inglés) en Taipei. “En un momento en que Taiwan estaba cambiando rápidamente de una sociedad agrícola a una industrializada, estos cineastas ofrecieron una mirada impávida ante la pérdida y el dolor provocado por esta transformación”, explica Chen.

Varios de los cineastas que surgieron durante el período de la Nueva Ola cosecharon el reconocimiento mundial. Hou ganó el Premio León de Oro a la Mejor Película en el Festival Internacional del Cine de Venecia en 1989 por La ciudad de la tristeza, un drama familiar sobre el Incidente 228, un levantamiento contra el Gobierno acaecido el 28 de febrero de 1947 y que fue reprimido violentamente. Yang recibió el Premio al Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 2000 por su última película terminada, Yi Yi: uno y dos, que cuenta la historia de una familia de clase media en Taipei. Mientras tanto, Tsai Ming-liang, un director de cine residente en Taiwan, pero nacido en Malasia, quien es una figura destacada en la generación de directores posterior tras la de la Nueva Ola, que surgió en la década de 1990, ganó el León de Oro en 1994 por su película Vive L’Amour.

Hou y Tsai son los dos únicos residentes locales entrevistados en Flores de Taipei, con la excepción del fundador del Teatro de Danza Puerta a las Nubes, Lin Hwai-min, que abre el documental con un monólogo contextualizando el movimiento del Nuevo Cine de Taiwan. Aunque se entrevistó a más de 50 actores, críticos y cineastas para el proyecto, sólo la mitad de ellos aparece en la película.

Hou es uno de los cineastas más aclamados que hayan emergido del movimiento Nuevo Cine de Taiwan.

Wang señaló en su entrevista con la Comisión de Cine de Taipei que un documental hecho en 2002 llamado Nuestro tiempo, nuestra historia: 20 años del Nuevo Cine de Taiwan, ya había cubierto adecuadamente los puntos de vista locales acerca del movimiento. “Nuestro tiempo, nuestra historia presenta entrevistas con muchas personas en la industria cinematográfica de Taiwan, dejando pocos nuevos puntos de vista nacionales para explorar”, explicó. “Sin embargo, en los últimos años he conocido muchos pintores, músicos y escritores en Pekín que se muestran profundamente apasionados acerca de nuestras películas de la Nueva Ola”, señala Wang.

Después de decidir hacer hincapié en las perspectivas de ultramar, Wang reclutó al cineasta francés Olivier Marceny y a la directora Hsieh Chin-lin, oriunda de Taiwan pero residente en Francia. Al igual que Wang, Hsieh trabajó en películas de la Nueva Ola en la década de 1980, incluyendo algunas de las películas de Hou. Por casi 18 meses, el equipo fue a países como Argentina, Francia, Italia, Japón y Tailandia para realizar entrevistas. En comparación con Nuestro tiempo, nuestra historia y otro documental anterior sobre los filmes de la Nueva Ola lanzado en 1998 llamado El Nuevo Cine de Taiwan, el resultado “echa una mirada más amplia al movimiento, y se centra en su influencia y estatus en la historia del cine mundial”, explica el crítico de cine Ryan Cheng. “El toque romántico y exótico de este nuevo documental constituye un complemento agradable de las dos películas anteriores sobre el tema”, afirma Cheng.

Flores de Taipei presenta regularmente a dos cineastas en la pantalla que discuten juntos sobre el impacto de la Nueva Ola. Para Cheng, dos conversaciones que sobresalen en el documental son el debate entre el director francés Olivier Assayas; y su compatriota, el crítico de cine Jean-Michel Frodon; así como la conversación entre dos cineastas chino-continentales, Wang Bing y Yang Chao. El dúo francés discute cómo las películas de la Nueva Ola revelan la aparición de una identidad cultural distintiva en Taiwan para el público internacional. Mientras tanto, el segundo dúo llama la atención sobre el individualismo mostrado por los personajes de las películas de Hou, que contrastan fuertemente con el colectivismo que comúnmente aparece en las obras de China continental.

En el documental, el director de la época post-Nueva Ola, Tsai Ming-liang (arriba) y el cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul hablan acerca del impacto de este movimiento en el extranjero.

Cheng también destaca los comentarios del director japonés Hirokazu Koreeda, cuyo padre nació y creció en el área de Kaohsiung, en el sur de Taiwan, durante el período de la ocupación colonial japonesa (1895-1945). En el documental, Koreeda señala que Tiempo para vivir y tiempo de morir, que se basa en los años de infancia y adolescencia de Hou en la actual área de Fengshan de la ciudad de Kaohsiung, le hicieron recordar los relatos de su padre sobre la vida en Taiwan y lo inspiró a seguir una carrera en el cine.

Si bien Flores de Taipei ha sido criticado en algunos círculos por tener muy pocos entrevistados taiwaneses y concentrarse demasiado en Hou y Yang, Cheng cree que estas críticas son injustas. “No creo que Hsieh se propuso hacer un registro de hechos. Más bien, ella ha dividido el documental en pequeños segmentos, cada uno de los cuales se asemeja a una moderna obra de arte de tres a cinco minutos y contribuye a la construcción de una perspectiva global sobre las películas taiwanesas”, declara. “Tal evaluación descentralizada (de las películas de la Nueva Ola) merece elogios y evita que el documental termine como una pieza barata de engreído ensueño sentimental”, arguye Cheng.

El profesor Chen, de la NCCU, señala que en el contexto internacional más amplio, el Nuevo Cine de Taiwan fue una continuación fresca, siguiendo a los de Francia, Alemania y Estados Unidos, del movimiento neorrealista italiano de la década de los años de 1940, que se caracterizó por las películas basadas en la clase trabajadora y filmadas en lugares reales usando actores aficionados. “Durante los 120 años más o menos de la historia del cine, la mayoría de las naciones ha tenido su propio movimiento en el que un grupo de directores emergentes presentaron sus puntos de vista sobre temas sociales, tales como los efectos de la modernización”, afirma. Chen hace hincapié que, en el caso de Taiwan, la Nueva Ola, que de acuerdo con las definiciones más estrictas duró de 1982 a 1986, trató en gran parte sobre el rápido desarrollo económico de la nación y la agitación social resultante.

El director francés Oliver Assayas (izquierda), y el crítico Jean-Michel Frodon indican en el documental que el movimiento de Nueva Ola ayudó a dar forma a los puntos de vista sobre el cine nacional de Taiwan.

A pesar de que ganaron considerables elogios de los críticos locales e internacionales, las obras que surgieron del movimiento de Nuevo Cine de Taiwan no tuvieron éxito en cambiar la suerte comercial de la industria cinematográfica nacional. Sin embargo, la innovación y la vitalidad que trajeron al panorama cinematográfico de Taiwan influyó e inspiró a una generación de jóvenes directores, como Wei Te-sheng, quien trabajó en algunas de las películas de Yang, y más tarde dirigió Cabo Nº 7 (2008), una película sobre la formación de una banda de rock, que se convirtió en la segunda película más taquillera en la historia de la nación cuando fue lanzada.

Según Chen, directores como Wei están continuando la exploración cultural del movimiento de Nuevo Cine de Taiwan, mientras que adoptan técnicas cinematográficas que atraen a un público más amplio. “Las películas de producción local están ahora alcanzando un equilibrio efectivo entre las consideraciones artísticas y comerciales”, opina el profesor. Dada la fuerte influencia del movimiento en las producciones modernas taiwanesas, Chen cree que reevaluaciones regulares de la tradición del Nuevo Cine de Taiwan, como Flores de Taipei, son de gran valor, sobre todo porque que ayudan a introducir películas locales célebres internacionalmente para un público más joven. “La alta calidad de las obras de la Nueva Ola a menudo sorprende a mis estudiantes”, revela Chen.

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