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LA METICULOSA ESTETICA REALISTA DE HOU HSIAO-HSIEN

01/01/2016
Por medio de las escenas que combinan ángulos de cámara fija y acción, Hou crea composiciones que son elegantemente abstractas. Al menos un crítico ha sugerido acercarse a este filme como si fuera un poema. (Foto cortesía de Spot Films)
La asesina, obra magistral del renombrado director taiwanés Hou Hsiao-hsien, se caracteriza porque cada toma infunde en los personajes energía única.

La asesina, que ganó tanto oficialmente el Premio al Mejor Director de Cannes y no oficialmente, un galardón a la mejor banda sonora, carece de efectos especiales deslumbrantes o hazañas inverosímiles que desafían la gravedad. Sin embargo, el trabajo de postproducción requirió más de un año para ser completado, porque presentar correctamente los detalles de la dinastía Tang fue mucho más difícil de lo imaginado.

Hou Hsiao-hsien tiene un fuerte apego con la industria del cine taiwanés, e insistió en trabajar a través de las complejidades de postproducción con equipos en Taiwan. Bajo el exigente liderazgo de Hou, estos equipos taiwaneses se esforzaron por perfeccionar cada escena y cada toma.

El texto Tangren Chuanqi (Leyendas de los Tang) ocupa un lugar importante en la historia de la ficción china. Los artistas marciales en estas leyendas son retratados de manera realista, con fuertes personalidades individuales. Entre las muchas historias de este género, Nie Yinniang, en la que se basa La asesina, es una de las más especiales.

Cuando la protagonista de la historia, cuyo nombre es el título del relato, tenía diez años, es llevada lejos por una monja taoísta y recibe entrenamiento en esgrima. Cinco años más tarde, la monja le ordena matar al gobernador provincial Tian Ji’an, a quien Nie Yinniang había amado cuando era pequeña. Una vez que se entera de su identidad, ella es incapaz de completar su misión. Su viaje emocional es el enfoque principal de La asesina.

Hou Hsiao-hsien opina que sus películas pertenecen solamente a un país, “la nación del cine”. Hollywood puede hacer muchas cosas con sus efectos especiales, asegura, pero hay más en la cinematografía que solamente eso. (Foto de Jimmy Lin)

De hecho, la idea de hacer esta película había estado presente en la mente de Hou desde hace bastante tiempo. Al igual que el personaje único de Nie Yinniang, el director taiwanés posee un enfoque creativo que es completamente suyo.

“Como una historia de una asesina que no está dispuesta a matar, ésta es una película de artes marciales diferente del resto del género”, asegura Hou. “Es más que nada sobre las personas”, argumenta Hou, a quien le tomó más de tres años escribir el guión.

El productor de La asesina fue el maestro editor Liao Ching-sung, quien ha sido por largo tiempo colaborador de Hou. Liao revela que Hou insistió en hacer esta película tan pronto como fuera posible y que estaba incluso dispuesto a renunciar a grandes oportunidades como consecuencia. “En conmemoración del centenario del nacimiento de Yasujiro Ozu, se comisionó a Hou filmar Café Lumière. Y mientras filmaba La asesina, le llegó una oferta de inversionistas japoneses para rehacer Vivir, la película de Akira Kurosawa de 1952, para el centenario del nacimiento de Kurosawa. Hou se sintió tentado, pero en última instancia, rechazó la oferta, porque decidió que no podía posponer el rodaje de La asesina por más tiempo”, cuenta Liao.

Hou comenzó a leer novelas de artes marciales, tanto nacionales como extranjeras, cuando tenía cinco años. Estas llenaron su joven mente con fantasías sobre maestros del kung-fu. También leyó muchas novelas románticas y literarias en sus versiones traducidas; y en la universidad, se adentró en el existencialismo. Hou cita su afición por la lectura en temas tan amplios como la fuente de su rica creatividad. “Las palabras son más importantes que las imágenes porque no hay límites para la imaginación”, afirma. Durante la etapa de preparación para el rodaje de La asesina, Hou pasó muchos años investigando las fuentes históricas como El nuevo libro de Tang, El libro antiguo de Tang, y El espejo abarcador de ayuda en el gobierno.

Los medios de comunicación nacionales y extranjeros han descrito por igual a Hou como el productor de “una espada de artes marciales que tomó diez años forjar”. Hacer la película fue de hecho un arduo proceso que los ajenos al mismo encuentran difícil de comprender. Liao Ching-sung explica que, para acercarse lo más cerca posible a la realidad, “Hou pasó mucho tiempo investigando minuciosamente la dinastía Tang. El espejo abarcador podría ser descrito como una plantilla para toda la película, ya que informó al equipo de filmación acerca de la época, incluyendo el vestuario, las poses y posturas de la gente, y los detalles de su arquitectura. El libro guió a los cineastas hacia lo que debían buscar cuando exploraron sitios para la filmación.... Toda la magia de la película proviene de alcanzar los detalles de la dinastía Tang de la forma correcta. La estricta atención al realismo se extendió al proceso de postproducción. El objetivo final consistió en permitir al público salvar el abismo del tiempo y alcanzar un verdadero sentido de lo que era la vida durante la dinastía Tang. “Ya en 1998, después que filmó Flores de Shanghai, Hou reveló a Liao y la diseñadora de vestuario Hwarng Wern-ying que su próximo proyecto iba a ser un filme del período de la dinastía Tang. En consecuencia, Hwarng tuvo 12 años para prepararse y terminó creando más de mil bocetos de posibles opciones de vestuario.

La película puso a Hou bajo mucha presión. El rodaje terminó siendo mucho más lento y deliberado de lo previsto, tomando 16 meses. Sólo para conseguir que el protagonista masculino adoptara la postura correcta, escenas enteras tuvieron que ser tomadas de nuevo. “Hou es famoso por ser ‘el señor Retoma’”, asegura Liao. “Cuando no quedaba satisfecho, él simplemente decidía hacer otra toma. Cada cuadro tenía que transportar al público de nuevo a la dinastía Tang”, revela Liao. Recordando la determinación estética de Hou como el espíritu que da vida a la película, el jurado de Cannes señaló el estilo único e inconfundible de Hou como una razón clave por la que ganó el premio. Liao afirma que, estéticamente, Hou nunca vaciló de principio a fin en la filmación de la película. Sin embargo, nadie esperaba que llevara tanto tiempo.

Las demandas en postproducción fueron aún más sorprendentes. Ante la insistencia de Hou, todo fue filmado en película. El medio millón de pies de celuloide fue posteriormente transformado en video digital 4K para la labor de postproducción. Se necesitaron 500 terabytes para almacenar la película completa. En la actualidad, sólo tres países de Asia tienen la tecnología necesaria. Lin Zhiqing, quien fue el encargado de efectos especiales de postproducción, revela que “la mayoría de los principales directores que filman películas de artes marciales están adoptando los efectos especiales tridimensionales de Hollywood. Hou, por el contrario, exigió realismo. Eso es difícil de lograr cuando se rueda una película de artes marciales en su mayor parte al aire libre”.

El equipo de producción de La asesina estuvo completamente compuesto por taiwaneses. El productor Liao Ching-sung explica que la labor de postproducción tomó más de un año para terminarse, ya que los cineastas trabajaron laboriosamente a fin de lograr una imagen realista de la dinastía Tang. (Foto cortesía de Spot Films)

Lin explica que la razón por la que la mayoría de películas de época se filman en gran parte en interiores es porque las marcas de la modernidad se encuentran por todas partes afuera. Borrar esa evidencia de lo moderno durante el proceso de postproducción es una tarea enorme.

Sin embargo, La asesina se rodó mayormente en exteriores, apoyándose en el “pulido” de la postproducción para crear una apariencia realista. Lin cita un ejemplo: con el fin de lograr una apariencia de la dinastía Tang en el campo, el director solicitó que las baldosas de cerámica en los techos fueran cambiadas por bahareque -césped y lodo- después de la filmación. Aún más, los métodos que involucran las ilustraciones tridimensionales no podían utilizarse porque no eran lo suficientemente realistas. Para lograr el aspecto deseado, Lin dirigió un equipo al lago Dajiu, en la provincia de Hubei, China continental, donde tomaron nuevas imágenes de los techos de césped con diferentes formas, y luego, volvió a pegar esas imágenes recién tomadas en el metraje original, una por una. También tenían que prestar atención a que la iluminación correspondiera a la del original. Este proceso se utiliza con frecuencia en Hollywood, pero está muy lejos de ser fácil para los cineastas en Taiwan.

También fueron a Japón para copiar la arquitectura de la dinastía Tang, relata Lin, porque muchos templos milenarios en Japón están todavía muy bien conservados. En una escena, Yinniang estaba agazapada en un viejo árbol al lado de un templo. Para evitar daños al viejo árbol, el tronco fue envuelto durante el rodaje. Posteriormente, en postproducción, las imágenes del tronco real tuvieron que ser cuidadosamente insertadas en el metraje. Para Lin, las dificultades que pasó en la labor de postproducción son difíciles de olvidar.

El trajín de postproducción no se detuvo allí. Los 104 minutos de la película tuvieron un total de 243 tomas, y casi 140 de las mismas requirieron de reelaboración. Si bien el total no suena tan alto, como todos saben, el estilo de Hou se basa en tomas largas. Una sola escena podría continuar durante 9000 fotogramas, y debieron ser reelaboradas por tres empresas de postproducción de Taiwan.

Lin explica que el trabajo de postproducción se prolongó durante más de un año (en comparación con los tres o cuatro meses para una película típica en Taiwan). “Los técnicos necesitan armarse de paciencia, más que de tecnología”, bromea Lin. “Probablemente habría sido mucho más fácil utilizar la tecnología tridimensional para crear una imagen de un dinosaurio al galope”, confiesa Lin.

El cinematógrafo de la película, Mark Lee, rodó las escenas en película, y después convirtió el celuloide a video digital a fin de reemplazar los detalles indeseables o anacrónicos. El proceso de postproducción fue sumamente difícil. (Foto cortesía de Spot Films)

Li Zhiwei, de la compañía cinematográfica Central Pictures, explica que “para esta película, Hou aprovechó lo mejor de las técnicas y tecnologías disponibles, tanto analógicas como digitales. Es una amalgama de las dos. El propio director estaba bastante preocupado por ella”. La película resultante es muestra de cómo el equipo taiwanés se dio en cuerpo y alma a su trabajo. Hasta cuando se presentó en Cannes, se hicieron once cortes revisados de la película, cuya mayoría se basaron en gran medida en la labor del centro de postproducción de Central Pictures.

Dedicado a elevar la producción de películas en Taiwan, Hou insistió en que los equipos de postproducción de Taiwan trabajaran en toda la película. “Esperamos que la película permita que el mundo sepa que Taiwan tiene este tipo de habilidades de postproducción, y que están aquí para quedarse”, afirma Li. “Esperemos que la difusión de ese mensaje sirva para cultivar aún más las capacidades de postproducción de Taiwan”, señala Li.

“Taiwan ofrece un entorno ideal para la realización de películas”, declara Hou. “La comida, el transporte, el paisaje y el entorno natural son excepcionales, y no hay falta de creatividad. En tanto que la tecnología sea suficiente, la isla es idónea para desarrollarse como un centro cinematográfico”, declara Hou. También se utilizó a Taiwan para el paisaje. El río Jiuliao y el Area Recreativa del Bosque Qilan, en el nororiental distrito de Yilan, sirvieron como telón de fondo para escenas importantes.

Como la primera película de artes marciales de Hou, La asesina era esperada con gran expectación. Desde que la película se estrenó en Cannes, los críticos internacionales han estado discutiendo cómo debería ser vista en el contexto de la producción de películas de autor por parte de Hou. A esta pregunta Hou responde que “sólo debe verla y experimentarla directamente. Cada persona la verá a su manera”. El director señala que la película aporta un espíritu completamente nuevo al cine de artes marciales, y no está particularmente orientada a la acción.

El crítico de cine Wen Tien-hsiang sugiere que todos se acerquen a este filme como lo harían a la lectura de un poema. “La película es muy parecida a un poema chino”, explica. “De una línea a otra, o de una escena a otra, no hay necesariamente una relación clara de causa y efecto, como en una película de Hollywood. Pero después, encontrarás algunas conexiones reales”. El comentario se hace eco de un comunicado de Hou: “Las imágenes se parecen a las palabras. La estructura de un poema se revela en las conexiones entre sus palabras”. El estilo de Hou es verdaderamente sui generis, y, fiel a su estilo, nunca ha existido una película como La asesina. La recompensa de verla es disfrutar de un estilo totalmente nuevo.

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