En los últimos minutos antes de que comience una actuación del Teatro de Danza Puerta a las Nubes, de Taiwan, las luces de la sala se apagan y el público se queda callado. Los mecenas se sientan a la espera silenciosamente, expectantes, a punto de ser testigos de algo hermoso, aterrador o incluso de otro mundo. Por las próximas horas, el escenario se convierte en un universo en sí mismo.
Fundada en 1973 por el célebre coreógrafo Lin Hwai-min, la compañía Puerta a las Nubes ha ganado elogios tanto dentro como fuera del país, con producciones como Canciones de los vagabundos (1994); Agua de Luna (1998); Sueño de bambú (2001); Humo (2002 ) y Cursiva II (2003). En el corazón de estas producciones se encuentran los fascinantes diseños de escenarios de Austin Wang.
Wang, quien ha sido elogiado hasta por el Frankfurter Allgemeine Zeitung, uno de los principales diarios de Alemania, por sus diseños escénicos que “crean un ambiente mágico que desarrolla una poesía propia”, ha participado en más de cien producciones. Ha colaborado con cerca de 30 grupos de actuación taiwaneses, que incluyen el Teatro Contemporáneo Leyenda, la Sociedad de la Creatividad, Teatro Rama Dorada, la Compañía de Opera Guoguang y el Teatro de Danza Tai Gu.
El año pasado, Wang fue galardonado con el Premio Nacional de Arte, el más prestigioso honor a los logros artísticos y culturales en Taiwan, en reconocimiento a su compromiso de tres décadas con la creación de excepcionales diseños de escenarios. “Desde que inició su carrera de diseño escénico con Puerta a las Nubes, Wang ha producido una increíble variedad de obras para danza, teatro y otro tipo de producciones escénicas; tanto en las formas tradicionales como en las modernas”, según una publicación acerca de los galardonados del año pasado, escrita por el comité de selección de la Fundación Nacional de Cultura y Artes, la organización detrás del premio. “Wang es un experto en el uso de un enfoque minimalista para crear un espacio de actuación flexible, que pone en juego los elementos esenciales de una historia”, señalan.
Vista parcial del escenario diseñado por Wang para la obra teatral Los tiempos imposibles, producida por la compañía All Music Theatre. (Foto cortesía de Austin Wang)
El comité de selección también lo reconoció por presentar las artes teatrales de Taiwan al resto del mundo a través de su participación en organizaciones y conferencias internacionales. Debido a los esfuerzos de Wang, talentosos miembros de la comunidad artística local son invitados regularmente para asistir a los concursos y exposiciones en todo el mundo, a menudo volviendo a casa con los premios más importantes, según el comité.
Además de preparar el camino para que los artistas locales muestren sus obras en el extranjero, Wang ha ayudado a colocar a Taiwan en el centro de las artes escénicas internacionales. De 2003 a 2006, fue vicepresidente de la Comisión de Diseño de Actuaciones, subordinada a la Organización Internacional de Escenógrafos, Técnicos y Arquitectos Teatrales (OISTAT, siglas en inglés), establecida en Praga, República Checa, en 1968; y de 2011 hasta 2014 se desempeñó como presidente de la Comisión de Publicaciones y Comunicaciones de dicha entidad. Gracias a los esfuerzos de Wang y otros practicantes del teatro taiwanés, la sede de la OISTAT, que se trasladó desde Praga a Amsterdam, los Países Bajos, en 1993, fue reubicada en Taipei en 2006.
Wang comenzó a desarrollar una pasión por el diseño de escenarios después de unirse a un club de teatro de la Universidad Católica Fu Jen, en la ciudad de Nuevo Taipei; donde estudió Lengua y Literatura Inglesa. Posteriormente, viajó a Estados Unidos para estudiar diseño escénico y de iluminación en la Escuela de Arte Dramático de la Universidad del Sur de California, donde obtuvo una maestría en 1986.
Después de regresar a Taiwan, Wang dio una clase de teatro técnico en Puerta a las Nubes, y luego trabajó como supervisor de escenario en el Teatro Nacional de Taipei. Se convirtió en un miembro permanente de Puerta a las Nubes en 1992 como director de producción, escenógrafo y consultor técnico; y permaneció con el grupo hasta 2002.
Wang dice que la década que trabajó para Puerta a las Nubes jugó un papel clave en su desarrollo profesional. “Puerta a las Nubes fue como una escuela de postgrado, brindándome formación profesional avanzada”, revela. “Por otro lado, Lin me enseñó algo que cada vez que hablábamos. Fue un gran maestro”, revela Wang.
Al trabajar para la compañía de danza, Wang aprendió a usar elementos de diseño minimalista a fin de maximizar el potencial del conjunto, dejando espacio para la imaginación de los espectadores. En Canciones de los vagabundos, por ejemplo, los dorados granos de arroz en el escenario se transforman en un río y luego en colinas, que a su vez se convierten en un desierto y, finalmente, caen sobre el escenario como una tormenta de verano. En Agua de Luna, espumas de jabón descienden en espiral sobre el suelo y los paneles de espejo se levantan por encima del escenario bajo la imagen de un cielo nocturno. Estas dos obras, señala, utilizan sólo unos pocos elementos escénicos; sin embargo, emiten un poderoso mensaje.
Bosquejo de un diseño de escenario hecho por Wang para la obra teatral Self Re-Quests (auto pedidos) de la compañía Sociedad de la Creatividad. (Foto cortesía de Austin Wang)
Desde el punto de vista de Wang, los escenógrafos deben respetar el estilo de actuación de cada grupo con el que trabajan, en lugar de hacer hincapié en la expresión personal. “Ya se trate de una representación realista o simbólica de un período de tiempo o lugar determinados, un diseño escénico tiene que reflejar el sabor del libreto al mismo tiempo que se adhiere a la interpretación del director de la obra”, añade.
Los diseñadores de escenarios deben trabajar en estrecha colaboración con los directores teatrales, los diseñadores de iluminación y vestuario; así como otros técnicos, para establecer un concepto visual general. El objetivo, explica Wang, es crear un aspecto y una sensación unificados dentro de una producción. “Hay pocas profesiones que dan la oportunidad de trabajar con personas de diferentes áreas de especialización hacia un objetivo común”, afirma. “Además, el diseño del escenario para cada obra de actuación es diferente. Y la producción de una obra de teatro desde el principio hasta el final implica muchos factores no previstos, haciendo que todo el proceso sea difícil pero interesante”, indica Wang.
Chou Hui-ling, dramaturga y directora de teatro, así como profesora en el Departamento de Inglés de la Universidad Nacional Central, en la norteña ciudad de Taoyuan; ha trabajado con Wang en muchas producciones teatrales. “Su ventaja es su comprensión de la literatura, que adquirió en la universidad. Esto le permite interpretar una secuencia de comandos y permanecer fiel a la visión original del dramaturgo”, declara. “Sus ideas literarias son apreciadas por los escritores y directores”, señala.
Otro de los puntos fuertes del diseñador, manifiesta Chou, es su comunicación abierta, que es una parte vital de la cultura de las artes escénicas, la cual es intensamente colaborativa. “Por medio de su propia investigación y el diálogo constante con los miembros del equipo de producción, el trabajo de diseño de Wang a menudo trae sorpresas agradables cuando logra un equilibrio entre la expresividad artística y el funcionamiento mecánico de los escenarios”, añade.
El diseñador de iluminación Che Ko-chien ha conocido a Wang por 25 años y los dos han colaborado en casi una docena de producciones teatrales. “Trabajar con Wang es difícil ya que sus diseños no me permiten utilizar métodos convencionales de iluminación en el escenario”, explica, “pero la superación de problemas técnicos inspira mi imaginación y creatividad”.
Uno de los mayores activos de Wang es su capacidad para transmitir de manera elocuente su filosofía de diseño y persuadir efectivamente a otros de sus méritos. “Cuando al director no le gustan sus conceptos de diseño, la mayoría de los escenógrafos tiende a preguntar: ‘¿Qué quieres, entonces?’”, relata Che. “Pero Wang no renuncia fácilmente a sus ideas y explica al director con precisión cómo el diseño puede ayudar a crear una atmósfera y un ambiente adecuado para la producción”, indica Che.
La producción de Agua de Luna por parte del Teatro de Danza Puerta a las Nubes de Taiwan muestra el visualmente cautivante diseño escénico de Austin Wang. (Foto cortesía de Austin Wang)
Lee Huei-na es la directora administrativa de la Sociedad de la Creatividad, que se dedica a la elaboración y la realización de obras originales. También fue compañera de clase de Wang en Fu Jen, así como su compañera del club de teatro en la universidad. “La pasión de Wang para el teatro no ha disminuido con el tiempo. Siempre se muestra curioso y persistente en sus actividades creativas”, señala Lee. “Eso no es fácil, ya que muchas personas cambian su forma de pensar a medida que maduran, adquieren experiencia y se elevan en el estatus social”, advierte.
Lee también está impresionada por el alcance de la experiencia del escenógrafo, que incluye obras teatrales, la danza moderna, la ópera china y las producciones musicales, así como su capacidad de crear diferentes estilos visuales y sacar provecho de las nuevas tecnologías. “Es probable que Wang acepte una invitación para diseñar un escenario si el guión lo intriga”, revela. “No se preocupa por la cantidad que va a recibir de pago o con quién está trabajando”, afirma.
La directora administrativa señala que la mayoría de los grupos de teatro en Taiwan, incluido el suyo, operan a pequeña escala y se ven limitados por reducidos presupuestos de producción. Describiendo a Wang como un “romántico empedernido cuando se trata de trabajar”, Lee dice que sus diseños de escenarios en general son caros de producir. En el caso de un déficit de presupuesto, sin embargo, por lo general se ofrece a pagar la diferencia con el fin de ver su visión cobrar vida. A veces, Wang reutiliza decoraciones, muebles y accesorios de producciones anteriores para crear una nueva imagen, al mismo tiempo que se ajusta a un presupuesto. Su capacidad de “lograr más con menos”, añade, es muy valorada por los productores teatrales.
“Las innovaciones escénicas de Wang, tales como su uso inteligente de un escenario giratorio, que facilita los cambios de escena, a menudo exceden nuestras expectativas”, comenta Lee. “Sus escenografías pueden transportar a los espectadores al mundo que la obra pretende representar”, afirma. En varias ocasiones, al final de los espectáculos, cuando miembros de la audiencia van saliendo, se oye a alguien decir: “¡La escenografía es simplemente genial!”
En 2013, Wang fue nombrado director del Centro de Bellas Artes de Taipei, que está en construcción y programado para abrir a finales de 2016. La nueva sede se encuentra cerca del Mercado Nocturno de Shilin y albergará tres cómodas salas, bien equipadas para eventos de todo tipo. “Un buen lugar de espectáculos puede ayudar a la gente a apreciar mejor el arte y la cultura, y es una medida importante del desarrollo de la sociedad”, declara Wang. “Después de haber visitado muchos lugares de entretenimiento de primera línea en todo el mundo, y como profesional del teatro con experiencia, me siento obligado a ayudar a establecer y operar una instalación de este tipo en Taiwan”, revela Wang.
El escenógrafo espera que el nuevo centro dé acogida a obras prominentes o experimentales, así como a espectáculos de larga duración de producción propia, y por grupos de Taiwan y el extranjero. También espera que la instalación funcione como un campo de entrenamiento para artistas emergentes.
Wang afirma que a lo largo de los años ha tenido la suerte de poder participar en producciones estelares y colaborar con algunos de los mejores profesionales del teatro del mundo. “Estoy muy complacido de haber encontrado un trabajo que no se siente como tal y promueve el arte del teatro”, declara. “Algunas personas me preguntan cuándo me retiraré. Mi respuesta es, ‘¿Por qué debería pensar en retirarme cuando amo y disfruto tanto lo que hago?’”