05/05/2024

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ARTE PARA TODOS

01/09/2021
Wu Ma-li está comprometida a utilizar el arte como herramienta para lograr el cambio social. (Foto cortesía de Isa Ho)
La artista Wu Ma-li se ha forjado una carrera utilizando su visión para defender causas sociales y aportar cambios a las comunidades locales.
 

La biblioteca, 1995 (Foto cortesía de Wu Ma-li)

En la última década, el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwan, en la ciudad de Taichung, en el centro de Taiwan, ha publicado 31 documentales centrados en la carrera y la vida de destacados artistas locales. La escultora y artista de performance Wu Ma-li se encuentra entre los talentos creativos que aparecen en la última producción del museo publicada en diciembre del año pasado.
 
La película, titulada The Process of Being Us (El proceso de ser nosotros), explora las actividades y los logros artísticos de Wu, ofreciendo una visión del ascenso de la artista a la fama, que culminó cuando recibió la concesión del Premio Nacional de las Artes, el galardón más prestigioso de Taiwan en el ámbito artístico y cultural, en 2016.
 
La obra de Wu es conocida por sus comentarios políticos y sociales, hecho que captó la atención de los jueces junto con su apoyo a los programas artísticos comunitarios. Entre los temas que Wu ha examinado se encuentran la protección del medio ambiente y la igualdad de género. La artista también ha sido una incansable defensora de la promoción de una identidad taiwanesa única.
 
Fuertes comienzos
Estudiar escultura en la Academia de Artes de la ciudad de Düsseldorf (Alemania) a principios de la década de 1980 tuvo una profunda influencia en la trayectoria posterior de Wu. En particular, se inspiró en el artista vanguardista alemán Joseph Beuys, de quien aprendió que el arte debe tener su origen en las experiencias personales del individuo, pero también abordar ideas artísticas, políticas y sociales universales.
 
“Descubrí que la teoría de la escultura social de Beuys, ‘todo es arte; todos los aspectos de la vida pueden abordarse de forma creativa; y todo el mundo tiene el potencial de ser un artista’, invita a la reflexión”, declaró Wu. “Me hizo reevaluar el significado del arte y su propósito”, agregó la artista. Su conclusión: el arte debe esforzarse por estructurar y dar forma al mundo que lo rodea.
 
Tras obtener su título, Wu regresó a Taiwan en 1985 y se embarcó en un viaje artístico que comenzó cuando la nación aún estaba bajo la ley marcial, pero también atravesaba un período de liberalización gradual, en el que se produjo la primera oleada de movimientos sociales que buscaban defender los derechos de los consumidores, los pueblos aborígenes, los estudiantes y las mujeres, además de proteger el medio ambiente. Tras numerosas protestas de agricultores, trabajadores, presos políticos y veteranos militares, la ley marcial se levantó en 1987.
 
La obra de Wu Asia (Laberinto), de 1989, por ejemplo, retrata el ambiente político de la región durante esta época y la dolorosa transición de la nación hacia la democracia. Otra creación de 1990, Love to the Highest Point (Amor hasta el punto más alto), adoptaba la forma de un pastel que representaba la bandera nacional de la República de China (Taiwan) que se iba deteriorando gradualmente a lo largo de unos días, representando la locura del patriotismo ciego.
 

Siga el barco de los sueños, 2004 (Foto cortesía de Wu Ma-li)

Chang Ching-wen, crítico de arte y profesor asistente del Departamento de Arte y Diseño de la Universidad Nacional Tsing Hua, en la ciudad de Hsinchu, al norte de Taiwan, ha sido un gran seguidor de la evolución de Wu como artista. “Al principio, en la década de 1990, Wu utilizaba principalmente objetos cotidianos, como libros y periódicos, y muchas de sus obras reflejaban preocupaciones políticas y sociales”, señaló Chang. “Pero en la década de 2000, cambió su estilo artístico, pasando de una postura crítica a otra más comprometida socialmente”, explicó Chang.
 
Aunque las obras de Wu no se consideren bellas, Chang ha sostenido que su atractivo se debe a los poderosos mensajes que transmiten. Su uso de materiales poco convencionales e instalaciones poco permanentes fue especialmente singular en las décadas de 1980 y 1990, según el crítico. “Los motivos recurrentes sugieren que el arte es, en última instancia, inseparable de la vida cotidiana”, apuntó Chang. “Su cambio al arte de la performance refleja un rechazo a la creciente comercialización del mundo del arte en favor de la creación de eventos efímeros y basados en el tiempo”, señaló Chang.
 
Diferencia positiva
En 1999, Wu fue invitada por la Asociación Despertar de Taipei a organizar talleres para mujeres de la zona, una tarea que acabaría alterando su dirección artística. “Mis creaciones solían basarse en mi propia investigación de campo entre grupos como las trabajadoras de las fábricas y las amas de casa, pero no tenían un impacto significativo en la vida de la gente”, aseveró Wu. “Decidí que quería ayudar a las mujeres de estos talleres cultivando la conciencia de sí mismas y la confianza en su propia valía utilizando medios más creativos y divertidos”, añadió la artista.
 

El proyecto Acción Cultural en el arroyo Árbol de Ciruelo, 2010-2012 (Fotos cortesía de Wu Ma-li)

Wu pidió a las participantes que compartieran las historias de su vida y sus sentimientos durante en el proceso creativo, permitiéndoles convertirse en lo que ella denomina “coautoras” de la obra en lugar de espectadoras pasivas. Esto marcó el inicio de la promoción de Wu de las artes participativas, cuyo objetivo es generar diálogo y movilización comunitaria a través de la apropiación compartida del arte.
 
El mejor ejemplo de este concepto es el proyecto Acción Cultural del arroyo Árbol de Ciruelo, iniciado por Wu en la localidad de Zhuwei, en el sector de Tamsui de la ciudad de Nuevo Taipei, en 2010. Este proyecto, de dos años de duración, se diseñó para concienciar sobre el medio ambiente y solicitar la participación de la comunidad en la consecución de la sostenibilidad ecológica.
 
La industrialización y la urbanización provocaron una erosión generalizada del entorno natural del arroyo Árbol de Ciruelo en dicha localidad. La idea de Wu era devolver a este arroyo olvidado su antiguo esplendor para mantener la flora y la fauna autóctonas y permitir a los residentes reconstruir sus recuerdos colectivos de la zona.
 
En el proyecto de arte medioambiental se organizaron multitud de actividades, que incluyeron clases de arte y artesanía, desayunos, representaciones teatrales, exposiciones y talleres. Los residentes, las organizaciones comunitarias, los agricultores, los estudiantes y los profesores se unieron para debatir y reflexionar sobre sus relaciones con el medio ambiente local y cómo abordar la conservación ecológica.
 
Según Chang, el proyecto del arroyo consiguió empoderar a la comunidad, demostrando el potencial del arte para transformar la sociedad. También obligó al Gobierno de la Ciudad de Nuevo Taipei a incluir el arroyo Árbol de Ciruelo en su programa Visión 2030 del Gran Río, cuyo objetivo es establecer vías fluviales ecológicas y accesibles al público mediante los esfuerzos de regeneración y la eliminación de estructuras de hormigón.
 
Única en su género
Wang Pin-hua, profesora adjunta del Departamento de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Educación de Changhua, en el centro de Taiwan, es otra de los expertos a los que les ha impresionado la dedicación de Wu a la realización de cambios sociales. “Sus proyectos amplían el alcance y las funciones del arte y cambian nuestra comprensión de la estética”, afirmó Wang. “También revelan su preocupación por el medio ambiente y los grupos desfavorecidos, así como su fuerte deseo de utilizar el arte para el bien”, enfatizó la profesora.
 

La vestimenta nueva de la emperatriz, 2004 (Fotos cortesía de Wu Ma-li)

A diferencia de la mayoría de los artistas que se centran en la producción de sus propias obras, el arte de Wu es colaborativo e invita a individuos e instituciones a unirse para explorar nuevas posibilidades, agregó Wang. Su práctica artística hace hincapié en los eventos orientados a la acción y la creatividad, tanto en el proceso como en el resultado, añadió la profesora adjunta.
 
Wang no duda en elogiar el talento de Wu y su contribución a Taiwan. “Como artista, comisaria, educadora, feminista y traductora (de libros de arte occidentales), Wu ha asumido muchos papeles y ha destacado en todos ellos”, remarcó Wang, añadiendo que “es realmente un símbolo de la escena artística contemporánea de la nación, como se refleja en los numerosos honores cosechados a lo largo de su carrera”.
 
Pero Wu no permite que los aplausos la distraigan de su objetivo de utilizar el arte como herramienta de activismo social. “No me interesa que las grandes obras de arte se queden en una estantería acumulando polvo en algún museo. ¿Tiene mi arte un significado y puede inspirar a otros? Así es como mido el éxito”, sentenció la artista.

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